MODERNISMO
EN ESPAÑA
1ª.
Sesión: La poesía realista frente a la poesía parnasiana del
Modernismo.
POESÍA
REALISTA
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POESÍA
MODERNISTA
|
-
El discurso literario debe tener una función vehicular
y comunicativa al servicio de los fines supuestamente
trascendentes exigibles a todo arte: el compromiso
moral,
ideológico,
patriótico
o político
con el ser humano, considerado individual y socialmente.
|
-
El Modernismo, en cambio, asumió la autonomía
del lenguaje
y del discurso en función
estética
y reflexiva.
Ello suponía negar el concepto de arte como comunicación.
Recogía el Modernismo la llamada «teoría
del arte por el arte» del Parnasianismo.
|
-
Moral
conservadora
que subordina el erotismo a la monogamia
familiar.
|
-
El
Modernismo se situó
conscientemente
al margen de la moral convencional, negando el ideal doméstico y
conyugal.
El erotismo
modernista fue explícitamente innovador, y por ello -teniendo en
cuenta la sensibilidad de la sociedad de la época-, altamente
escandaloso en todas sus manifestaciones.
|
-
Exigencia de realismo,
de atención a los problemas
y vicios sociales y morales contemporáneos,
de trascendencia constructiva.
|
-
El
Modernismo negó que el escritor deba limitarse a lo
contemporáneo.
Al contrario, fue antirrealista
por dos razones: por considerar que la función mimética del arte
era una antigualla arrumbada por la Historia; y por su
desagrado a propósito del mundo contemporáneo y los valores
burgueses.
|
-
La exigencia de españolismo
temático,
de entronque con la tradición literaria española, de casticismo
nacional y regional.
|
-
Desde estas consideraciones ha de ser entendido el llamado
«exotismo
modernista»,
tan frecuente y equivocadamente denostado como una evasión
decorativa de la realidad: la Antigüedad
grecolatina;
la mitología
germánica;
el orientalismo
erudito (hindú, bíblico, bizantino, chino, japonés),
|
-
La exigencia de tradicionalismo
en la versificación.
|
-
El
Modernismo negó la limitación tradicional en
la técnica del verso, convirtiéndola en un terreno de innovación
y experimentación,
|
-
El
poeta debe limitar su espiritualidad a la esperable en el hombre
medio contemporáneo
|
-
Exaltaron
su singularidad y su aristocracia emocional, intelectual y
cultural,
asumieron con orgullo y desprecio la soledad
y la incomunicación que de ellas se derivaban.
|
-
La condena
del egocentrismo
alejado de la mentalidad estándar, que es la de la comunicación
entre escritor y sociedad.
|
-
Exploraron las fronteras de un psiquismo
egocéntrico
que no retrocedía ante el reconocimiento y la expresión de lo
indecible, lo irracional
y lo extravagante.
|
-
Los
estados de ánimo son fácilmente reconocibles
y sobre ellos se van dando muchos datos para que el lector los
capte.
|
-
Los
estados de ánimos son indefinidos e inconcretos, no pueden ser
propiamente formulados,
sino sólo intuidos o sugeridos. Influencia del Simbolismo.
|
REALISMO
|
MODERNISMO
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El
ama (1901), Gabriel y Galán
Fragmento.
Yo
aprendí en el hogar en qué se funda
la dicha más perfecta, y para hacerla mía quise yo ser como mi padre era y busqué una mujer como mi madre entre las hijas de mi hidalga tierra. Y fui como mi padre, y fue mi esposa viviente imagen de la madre muerta. ¡Un milagro de Dios, que ver me hizo otra mujer como la santa aquella! Compartían mis únicos amores la amante compañera, la patria idolatrada, la casa solariega, con la heredada historia, con la heredada hacienda. ¡Qué buena era la esposa y qué feraz mi tierra! ¡Qué alegre era mi casa y qué sana mi hacienda, y con qué solidez estaba unida la tradición de la honradez a ellas! Una sencilla labradora, humilde, hija de oscura castellana aldea; una mujer trabajadora, honrada, cristiana, amable, cariñosa y seria, trocó mi casa en adorable idilio que no pudo soñar ningún poeta. |
ENSUEÑO
DE OPIO, Villaespesa
Es
otra señorita de Maupín. Es viciosa
y
frágil como aquella imagen del placer,
que
en la elegancia rítmica de su sonora prosa
nos
dibujó la pluma de Teófilo Gautier.
Sus
rojos labios sáficos, sensitivos y ambiguos,
a
la par piden besos de hombres y de mujer,
sintiendo
la nostalgia de los faunos antiguos,
cuyos
labios sabían alargar el placer.
Ama
los goces sádicos. Se inyecta de morfina:;
pincha
a su gata blanca. El éter la fascina.
y
el opio le produce un ensueño oriental …
De
súbito, su cuerpo de amor vibra y se inflama
al
ver, entre los juncos, temblar como una llama
la
lengua roja y móvil de algún tigre real.
|
2ª.
Sesión: El Modernismo parnasiano frente al simbolista
Modernismo
canónico o parnasiano
Con
la publicación de Azul
(1888), de Rubén Darío, comienza esta etapa, con dos ingredientes
principales, uno estético, la influencia del Parnasianismo
(procedente de Francia, de autores como Gautier, Verlaine o
Baudelaire), y otro sociopolítico, rechazo a los valores burgueses
imperantes.
A. Del
Parnasianismo proceden:
- Su
única meta es la búsqueda de la belleza. Su lema es “el arte por
el arte”.
- La
autonomía del lenguaje en función estética
- La
preferencia por el lujo
estético
los lleva a cultivar el lujo material (joyas, palacios, champagne,
etc.)
- La
mención a lo desconocido por el lector.
- El
cisne (por la belleza y el color blanco) y el pavo real (por la
belleza y la diversidad de colores) representan bien esta tendencia.
- El
culto por la perfección formal, a las líneas puras y escultóricas
- El
arte como independiente de la verdad y de la moral
- El
arte como lujo intelectual reservado a pocos
- Aparecen
elementos de culturas antiguas (evasión en el tiempo) y lejanas
(evasión en el espacio), por lo que se pueden encontrar bacantes,
faunos, califas, jardines versallescos, palacios, etc.
- Aparecen
temas exóticos
- La
mitología clásica (no respetan, por tanto, los valores católicos
imperantes) .
- Gusto
por lo medieval
- El
rechazo por el sentimentalismo
- La
preferencia por una poesía sensorial (cultivo de los sentidos)
B. Del
rechazo de los valores burgueses imperantes procede:
- La
divinización de lo pagano,
- El
noctambulismo, alcoholismo, drogadicción y erotismo, asociados a
esta variante modernista poco respetuosa con el orden social, que en
muchos casos lleva a la bohemia.
- Rompen
con la moral convencional con ideas sobre lo indecible, irracional y
exótico.
Este
es un modernismo, al menos en principio, más combativo socialmente
que literario (se ha hablado de un grupo de antimodernistas), pues de
esta época únicamente podemos destacar una obra del nicaragüense
Rubén Darío, Prosas profanas (1896). Las primeras españolas son
La copa del rey de Thule (1899), de Villaespesa, y Ninfeas (1900), de
su seguidor por entonces, Juan Ramón Jiménez. Estos, a la
influencia parnasiana, suman la influencia del Decadentismo perverso.
Son nuevos mundos poéticos, temas y estilos que espantarán a la
“gente vieja” (los de la generación realista), con ideas
perversas que combinan sexo y muerte (esta poesía fue rechazada
pronto, incluso, por el propio Juan Ramón Jiménez).
Del
Decadentismo
perverso
proceden:
- El
erotismo
- El
refinamiento y elegancia, los “paraísos artificiales”
- El
gesto aristocrático
Modernismo
interior o simbolista
En
1903, con dos precedentes en los poemarios Rimas (1902), de Juan
Ramón Jiménez, y Alma (1902), de Manuel Machado, se consolida la
variante modernista española. Es una variante que va abandonando la
superficialidad del Parnasianismo. La influencia vendrá ahora del
Simbolismo francés, con representantes como Baudelaire, Mallarmé,
Rimbaud o Verlaine):
A. El
Simbolismo
francés.
De él toman:
- La
referencia a la interioridad, al alma del poeta, que habla en primera
persona de su “yo”.
- El
símbolo Ejemplos son: el ocaso (decadencia, la muerte), el camino
(vivir) o el sauce (tristeza).
- La
sinestesia. Expresa lo percibido por uno de los sentidos corporales
mediante un término que, denotativamente, designa una impresión que
se percibe por otro. Ej: color fresco
- La
inconcreción, pues los poetas muestran estados de ánimo que no
están claramente definidos, sino intuidos o sugeridos. Ejs: “dulzura
de luz” o “risa de oro”.
- Es
arte de la sugerencia, con un lenguaje más libre, por lo que se le
da mucha importancia a la música, que no se ata a ningún
significado concreto, el más capacitado para expresar los matices
del alma contemporánea.
B. El
Decadentismo
francés
(el intimista). De él toman:
- El
pesimismo, la melancolía
- La
referencia a la muerte
TEXTO
Rubén Darío (Prosas
profanas -1896-)
La
princesa está triste…¿qué tendrá la princesa?
Los
suspiros se escapan por su boca de fresa
que
ha perdido la risa, que ha perdido el color.
La
princesa está pálida en su silla de oro,
está
mudo el teclado de su clave sonoro
y
en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.;
El
jardín puebla el triunfo de los pavos reales
Parlanchina
la dueña dice cosas banales,
y
vestido de rojo pirueta el bufón
La
princesa no ríe, la princesa no siente;
la
princesa persigue por el cielo de Oriente
la
libélula vaga de una vaga ilusión
¿Piensa
acaso en el príncipe de Golconda o de China
o
en el que ha detenido su carroza argentina
para
ver de sus ojos la dulzura de luz,
Desde
el inicio del texto podemos apreciar que el personaje del que se
habla es de clase elevada, una princesa, a la que se le asocian otros
términos que hacen referencia a la exquisitez, como la metáfora
“boca de fresa” (v.2) “silla de oro” (v. 4). Hay, asimismo,
exquisitez, en todo lo que tiene que ver con la ambientación y la
imaginación, pues se habla de “pavos reales” (v.7), “príncipe
de Golconda o de China” (v. 13).
Estamos,
por tanto, ante una estética parnasiana, como lo demuestra también
la preocupación por la ornamentación, con recursos como las
metáforas (“boca de fresa” –v.2-) o la personificación (“está
mudo el teclado”). Rasgo parnasiano es también la referencia a lo
exótico, que aparece cuando dice “cielo de Oriente” (v.11) o
“príncipe de Golconda o China” (v.13).
Un
rasgo de modernidad lo supone la fragmentación sintáctica y el
lenguaje sugerente, con los que se rompen las relaciones causa-efecto
que, aunque será decisiva para las vanguardias, ya se inicia con el
Modernismo. En el texto podemos comprobar estos dos mismos recursos
en el verso 6, “y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor”, que
incluye una imagen y rompe la lógica oracional.
En
cuanto a la métrica y versificación, hay que señalar el gusto por
la experimentación con los versos, pues buscando nuevos ritmos se
han abandonado las estrofas clásicas y ha creado el poeta una
combinación de versos propia, combinación de versos alejandrinos de
rima consonante, verso eso sí, que recupera de la tradición
española.
Por
otro lado, hay que comentar la presencia de los sentidos en el texto,
pues están representados el de la vista “boca de fresa” –v.2-
o “color” –v.3-, el del oído “está mudo el teclado”
–v.5-, el del olfato con la referencia a la flor –v. 6- y el del
gusto “boca de fresa”.
Asimismo,
aparecen elementos simbólicos relacionados con la belleza, como el
del pavo real –v.7- o la flor –v.6- (no son, pues, como los
símbolos del Simbolismo propiamente dicho, que tienen un contenido
más trascendente).
Estamos,
por tanto, ante un poema modernista, en concreto del primer
modernismo o modernismo parnasiano, que en España introduce Rubén
Darío, autor del poema que hemos tratado aquí.
TEXTO
de Antonio
Machado
Era
una mañana y abril sonreía.
Frente
al horizonte dorado moría
la
luna, muy blanca y opaca; tras ella,
cual
tenue ligera quimera, corría
la
nube que apenas enturbia una estrella.
………………………………………….
Como
sonreía la mañana
al
sol del Oriente abrí mi ventana;
y
en mi triste alcoba penetró el Oriente
en
canto de alondras, en risa de fuente
y
en suave perfume de flora temprana.
Fue
una clara tarde de melancolía.
Abril
sonreía. Yo abrí las ventanas
de
mi casa al viento…. El viento traía
perfume
de rosas, doblar de campanas…
Doblar
de campanas lejanas, llorosas,
suave
de rosas aromado aliento…
…¿Dónde
están los huertos floridos de rosas?
¿Qué
dicen las dulces campanas al viento?
………………………………………..
Pregunté
a la tarde de abril que moría:
¿Al
fin la alegría se acerca a mi casa?
La
tarde de abril sonrió: La alegría
pasó
por tu puerta –y luego, sombría:
Pasó
por tu puerta. Dos veces no pasa
Aunque
en el poema se nos habla de la primavera y hay atisbos de felicidad y
alegría, pues aparecen expresiones como “abril sonreía” –v.1-,
“sonreía la mañana” –v.6- o “suave perfume de flora
temprana” –v.10-, pronto descubrimos un vocabulario
representativo de la negatividad, de la melancolía, con expresiones
como “triste alcoba” o “melancolía”, propias del movimiento
romántico y decadentista. Con negatividad termina el poema (“Pasó
por tu puerta. Dos veces no pasa”)
Por
otro lado, podemos apreciar que en todo el poema están representados
de manera explícita los sentidos; así, aparece el de la vista (“muy
blanca” –v.2-), el del olfato (“suave perfume de flora
temprana” –v9- o “perfume de rosas” –v.13-), el del oído
(“canto de alondras” –v.8- o “doblar de campanas” –v.9-).
En el caso de los otros dos sentidos, aparecen representados por
medio de dos sinestesias. Y así, se dice “Doblar de campanas
lejanas, llorosas / suave de rosas aromado aliento” –vs. 14 y
15-, representando con el adjetivo suave
el sentido del tacto, y se hace una referencia al sentido del gusto
con la expresión “dulces campanas” –v,17-. Esta representación
de los cinco sentidos y del uso de la sinestesia, junto con la
presencia de elementos simbólicos de la naturaleza, como “luna”
–V 3-, “fuente” o “alondra” -v.9- y la referencia al
Oriente –v. 7- nos llevan a pensar en un poeta modernista, en
concreto del modernismo intimista, iniciado en España 1903.
Por
último, las referencias a la tarde como elemento simbólico de
decaimiento –v.18- y el tema de las ilusiones inalcanzadas
–quimera- nos hacen pensar en Antonio Machado, en su línea
intimista de Soledades,
galerías. Otros poemas
(1907).
3ª.
Sesión: La poesía de Juan Ramón Jiménez
Vino,
primero, pura,
vestida
de inocencia.
Y
la amé como un niño.
Luego
se fue vistiendo
de
no sé qué ropajes.
Y
la fui odiando, sin saberlo.
Llegó
a ser una reina,
fastuosa
de tesoros…
¡Qué
iracundia de yel y sin sentido!
…Mas
se fue desnudando.
Y
yo le sonreía.
Se
quedó con la túnica
de
su inocencia antigua.
Creí
de nuevo en ella.
Y
se quitó la túnica,
y
apareció desnuda toda…
¡Oh
pasión de mi vida, poesía
desnuda,
mía para siempre!
JUAN
RAMÓN JIMÉNEZ: LA POESÍA DE INFLUENCIA DE BÉCQUER ANTERIOR A LA
INVASIÓN DE LO SÍMBOLOS
TEXTO
1 Juan
Ramón Jiménez
En
el fondo de la estancia
un
instante nos miramos;
la
sombra nos envolvía
y
nadie quiso mirarnos.
Yo
sentí que me embriagaba
el
perfume de los nardos
que
le prendí aquella tarde
sobre
su vestido blanco.
Como
entonces nos queríamos,
nuestros
sueños se cruzaron:
yo
me encontré sus mejillas
y
ella se encontró mis labios.
La
sombra nos envolvía
y
nadie quiso mirarnos;
y
sin turbar el silencio,
dulcemente
nos besamos
La
estrofa empleada, un romance, junto con la repetición de dos versos
a modo de estribillo (“la sombra nos envolvía / y nadie quiso
mirarnos”) vincula al poema con la tradición y, más exactamente,
a la corriente popularista. El tema amoroso del poema y el intenso
lirismo nos hacen pensar en Bécquer y sus Rimas.
Significativa
es, asimismo, la presencia de los sentidos en el texto, pues aparece
el del olfato (“el perfume de los nardos” –v.6-), el de la
vista (“vestido blanco” –v. 8-), el del tacto (“yo me
encontré sus mejillas / y ella se encontró mis labios” –vs.11 y
12-), el del oído (“sin turbar el silencio” –v 15- y el del
gusto (“dulcemente nos besamos”) –v.16-), lo que nos conduce al
Modernismo.
Todo
lo dicho, más la observación de la conquista de la interioridad,
con expresiones como “la sombra nos envolvía y nadie quiso
mirarnos”, nos lleva a pensar en Juan Ramón Jiménez, en concreto
en el de inicios de siglo, en la época de influencia modernista,
justo antes de la invasión de los símbolos en su poesía, es decir,
el de obras como Rimas
(1902) o Primeras
poesías
(1902).
TEXTO
2 Juan
Ramón Jiménez
En
el balcón, un momento
nos
quedamos los dos solos;
desde
la dulce mañana
de
aquel día, éramos novios.
El
paisaje soñoliento
dormía
sus vagos tonos
bajo
el cielo gris y rosa
del
crepúsculo de otoño.
Le
dije que iba a besarla;
la
pobre bajó los ojos
y
me ofreció sus mejillas
como
quien pierde un tesoro.
Las
hojas muertas caían
en
el jardín silencioso,
y
en el aire fresco erraba
un
perfume de heliotropos.
No
se atrevía a mirarme;
le
dije que éramos novios,
y
las lágrimas rodaron
des
sus ojos melancólicos.
JUAN
RAMÓN JIMÉNEZ: ETAPA SENSITIVA. OBRAS PRIMERAS DE INFLUENCIA
SIMBOLISTA
TEXTO
3 Juan
Ramón Jiménez
Yo
me moriré, y la noche
triste,
serena y callada,
dormirá
el mundo a los rayos
de
su luna solitaria.
Mi
cuerpo estará amarillo,
y
por la abierta ventana
entrará
una brisa fresca
preguntando
por mi alma.
No
sé si habrá quien solloce
cerca
de mi negra caja,
o
quien me dé un largo beso
entre
caricias y lágrimas.
Pero
habrá estrellas y flores
y
suspiros y fragancias,
y
amor en las avenidas
a
la sombra de las ramas.
Y
sonará ese piano
como
en esta noche plácida
y
no tendrá quien lo escuche
sollozando
en la ventana.
Desde
el inicio del poema podemos apreciar el tono melancólico, pues
aparece
el tema de la muerte propia, además de tres adjetivos como “triste”,
“serena” y “callada”. Estos tres adjetivos están referidos
al nombre “noche”, que nos sugiere también el tema de la
interioridad, pues la noche es el momento propicio para ello.
Estamos, por tanto, en un momento de influencia decadentista e
intimista, que en España triunfará a partir de 1903, con Juan Ramón
Jiménez y Antonio Machado como figuras estelares.
Es
este momento citado, a partir de 1903, el de eclosión de los
símbolos, de los que aquí encontramos representación en términos
de la naturaleza como “brisa” –v. 7-, “flores” –v.13-
También
propia del Modernismo, presente asimismo en el poema tratado, es la
ornamentación por medio de adjetivos (“triste, serena y callada”
–v. 2-) y sustantivos relacionados con el amor y la naturaleza
(beso, caricias, estrellas, flores, amor), ajenos al poeta. A esto
hay que añadir, propio del Modernismo, la presencia de los sentidos,
de los que encontramos el del oído, representada por lo musical
(“sonará ese piano”), el de la vista, representada por el color
(“cuerpo amarillo” y “negra caja”), el del olfato
(“fragancias”) y el del tacto (“caricias”).
Asimismo,
aparecen motivos de influencia romántica, filtrados algunos de ellos
por el Decadentismo y otros a través directamente de la poesía de
Bécquer. Y así, tenemos “noche triste, serena y callada”, “luna
solitaria”, “solloce”, “negra caja” o el motivo de la
soledad confirmada en la última estrofa.
De
influencia decadentista y romántica es, asimismo, el tono
quejumbroso y doliente. De Bécquer procede también el cultivo del
romance, molde que escoge también aquí Juan Ramón.
El
cultivo del romance, la presencia de la brisa como elemento
simbólico, la de elementos positivos, aunque ajenos al poeta, en
medio de una atmósfera quejumbrosa, junto con el motivo de la
ventana abierta, nos llevan a pensar que el autor es Juan Ramón
Jiménez, en concreto el del primer momento de la etapa sensitiva, el
de Arias
tristes
(1903), en la que, a elementos de influencia becqueriana, añade los
más propiamente modernistas, como el uso de símbolos, la
ornamentación extrema o la presencia de los sentidos.
TEXTO
4 Juan
Ramón Jiménez
Se
está muriendo el otoño,
-sueño
y frío, llanto y niebla-;
mi
rosal siente floridas
nostalgias
de primavera.
¿Cuándo
habrá aroma en el aire?
…De
una ventana entreabierta
viene
el aria de un piano
llorando
antiguas tristezas.
El
jardín de mi adorada
está
lleno de hojas secas;
los
árboles no se mueven,
nadie
pasa por las sendas.
Es
un silencio de parques
olvidados;
huele a tierra
de
cementerio, y se oye
la
lluvia en la fronda muerta.
TEXTO
5 Juan
Ramón Jiménez
Pájaro
errante y lírico, en esta floreciente
soledad
de domingo, vagas por mis jardines,
del
árbol a la yerba, de la yerba a la fuente
llena
de hojas de oro y caídos jazmines …
¿qué
es lo que tu voz débil dice al sol de la tarde
que
sueña dulcemente en la cristalería?
¿eres,
como yo, triste, solitario y cobarde,
hermano
del silencio y la melancolía?
¿Tienes
una ilusión que cantar al olvido?
¿una
nostaljia eterna que mandar al ocaso?
¿un
corazón sin nadie, tembloroso, vestido
de
hojas secas, de oro, de jazmín y de raso?
El
poema está bajo la influencia modernista, pues aparecen la
negatividad, con la referencia a la soledad, melancolía y haciendo
uso de un tono elegiaco, todos propios decadentistas (“¿eres,
como yo, triste, solitario y cobarde, / hermano del silencio y la
melancolía?) y elementos
simbólicos, como “jardines” –v. 2- o “fuente” –v.3-,
relacionados con una etapa intimista modernista.
Hay,
asimismo, un rasgo que nos hace pensar en una etapa modernista final,
como lo es el uso de un verso largo, en concreto el alejandrino en
una estrofa como el serventesio. Por tanto, el abandono del romance
de la etapa inicial modernista es ya un hecho.
Hay
unos rasgos que nos hacen pensar en Juan Ramón Jiménez, como lo son
elementos simbólicos personales, como “pájaro” –v.1-, que
representa en él a la inspiración, “hojas secas” –v.12-, y
otros términos simbólicos relacionados con la naturaleza (como
árbol –v.3- o jazmines –vs. 4 y 12- ), y el uso de la “j” en
lugar de la “g” (aparece nostaljia
–v.10-).
Finalmente,
hay un uso morfológico que nos lleva a confirmar esta etapa final
modernista de Juan Ramón Jiménez, la de La
soledad sonora,
de 1911, como lo es la presencia de los nombres abstractos, lo que lo
lleva a anunciar el conceptismo de su etapa posterior, la de la
poesía pura o intelectual. Es ya esta, pues, una poesía más
personal.
TEXTO
6 Juan
Ramón Jiménez
Un
pájaro de otoño solloza bajo el tilo,
Las
rosas de la tarde escuchan tu piano,
Las
nubes blancas yerran por el azul tranquilo
Y
huelen a flor las sortijas de tu mano…
Sobre
mi mano cae mi frente pensativa,
Que
palidece y arde de ensueño mientras lloro…
¡Cielo,
pájaro y sol!¡No quiero, mientras viva,
más
que esta tarde azul, de armonía y de oro!
¡Ah,
quién pudiera prolongar eternamente
este
instante de música, de fragancia y de canto!
… El
pájaro y el tilo tienen oro poniente….;
Las
rosas y nosotros tenemos sombra y llanto…
JUAN
RAMÓN JIMÉNEZ: ETAPA DE TRANSICIÓN ENTRE LA POESÍA MODERNISTA Y
LA DE LA POESÍA PURA
TEXTO
7 Juan
Ramón Jiménez
Sólo
mi frente y el cielo.
¡Los
únicos universos!
¡Mi
frente, sólo, y el cielo!
-
Entre ellos, la brisa pura,
caricia
fiel, mano única
para
tantas plenitudes…
La
brisa, que baja y sube…-
Arriba,
todo lo vivo,
todo
el sueño en mi sentido,
poblando
a aquél de las alas
que
a su armonía él le baja.
Nada
más.
-
¿Acaso, eres
tú
la brisa que va y viene
del
cielo, amor, a mi frente?
La
temática y la concepción de la poesía del poema apunta ya a una
etapa intelectual, es decir, a la poesía que se va apartando de la
modernista. Y así nos viene a decir el poeta que sólo existen
inteligencia (“mi frente” –vs.1 y 3-) y poesía (“cielo”-vs.1
y 3-), y que esta aparece sólo cuando llega la inspiración, “la
brisa”, elemento simbólico.
Aunque
se puede relacionar su concepción de la poesía (lo máximo, su dios
y, a la vez como su amada, su amor) con la de Bécquer (esta
influencia ya aparecía en la poesía modernista de Juan Ramón),
aquí se aparta de Bécquer, porque todo lo subordina a la
inteligencia (incluidos los sueños –el sentido lleva la armonía
al sueño-).
Es,
por consiguiente, una poesía apartada de la modernista parnasiana y
de la decadentista. Resabio de la etapa modernista intimista y del
tono becqueriano es el que se invoque al amor –último verso-, que
contrasta con las referencias intelectuales al “sentido” –v.9-
y la “frente” –v.1-
Todo
lo indicado, junto con la búsqueda de la pureza (aparece la palabra
pura –v.4-), que supondrá únicamente ir al concepto y a la
esencia (“Sólo mi frente y el cielo” –v.1- o “Nada más”
–v.12-), nos anuncian un periodo en el que se interesará el poeta
por lo intelectivo y conceptual.
Todo
lo expuesto nos lleva a pensar que se trata de un poema de Juan Ramón
Jiménez de un momento de transición entre la etapa sensitiva (de
influencia modernista) y la intelectual (la de la poesía pura), esto
es, su poesía de los años 1911 a 1916, de obras como Estío,
a la que pertenece el poema.
Confirman
lo dicho el que Juan Ramón ha abandonado el cultivo del romance, y
para su poesía se puede hablar de verso libre, pues aunque
predominan los versos de ocho sílabas, también aparecen versos más
cortos sin rima.
TEXTO
8 Juan
Ramón Jiménez
Aquí
se desnudaba y se vestía
ella,
cantando, estos días alegres
en
que ha vivido con nosotros.
Ahora,
por los rincones encalados,
¡qué
solo el sol, qué solo,
verdeamarilla
de las hojas nuevas
del
castaño del patio su luz de oro!
Solitario
diálogo
del
cuarto mudo y de la tarde clara
hablando
de ella,
que
yo, sin ella, pensativo oigo.
TEXTO
9 Juan
Ramón Jiménez
¡No
estás en ti, belleza innúmera,
que
con tu fin me tientas, infinita,
a
un sinfín de deleites!
¡Estás
en mí, que te penetro
hasta
el fondo, anhelando, cada instante,
traspasar
los nadires más ocultos!
¡Estás
en mí, que tengo
en
mi pecho la aurora
y
en mi espalda el poniente
-quemándome,
transparentándome
en
una sola llama-; estás en mí, que te entro
en
tu cuerpo mi alma
insaciable
y eterna!
La
presencia al principio del poema de nombres abstractos, como
“belleza” –v.1-, “deleites” –v.3- o “instante” –v.5-,
nos separa de la poesía realista o modernista y nos aproxima a una
poesía conceptual. Asimismo, algunos de los adjetivos empleados,
como “innúmera” –v.1-, “infinita” –v.2- o “eterna”
–v.13-, nos llevan a una poesía intelectual, una poesía pura, que
busca lo absoluto después de un proceso de depuración pero que es
también una poesía densa. Es este proceso de depuración lo que
hace que los poemas sean, en general, breves.
Los
rasgos citados, junto con el hecho de que se presente el poeta como
un dios, como un creador, como lo prueban las repetidas referencias a
la primera persona y partes concretas del cuerpo del poeta (“Estás
en mí –vs. 4 y 7-, “mi pecho” –V.8-, “mi espalda” –v.9,
“mi alma” –v.12-, “-quemándome, transparentándome”
–v.10-), la referencia a la eternidad –v.13-, al momento presente
(“cada instante” –v.5-) o la paradoja de que sea la belleza,
nombre abstracto, la que aporte el cuerpo –v.12- y el poeta el
alma, es decir, que se purifica al máximo, nos hace pensar en Juan
Ramón Jiménez y en su poesía intelectual, pura o desnuda,
posterior al Diario de un
poeta recién casado (1917).
ANTONIO
MACHADO
TEXTO
1 Antonio
Machado
(Soledades
-1903 1907-)
Era
una mañana y abril sonreía.
Frente
al horizonte dorado moría
la
luna, muy blanca y opaca; tras ella,
cual
tenue ligera quimera, corría
la
nube que apenas enturbia una estrella.
………………………………………….
Como
sonreía la mañana
al
sol del Oriente abrí mi ventana;
y
en mi triste alcoba penetró el Oriente
en
canto de alondras, en risa de fuente
y
en suave perfume de flora temprana.
Fue
una clara tarde de melancolía.
Abril
sonreía. Yo abrí las ventanas
de
mi casa al viento…. El viento traía
perfume
de rosas, doblar de campanas…
Doblar
de campanas lejanas, llorosas,
suave
de rosas aromado aliento…
…¿Dónde
están los huertos floridos de rosas?
¿Qué
dicen las dulces campanas al viento?
………………………………………..
Pregunté
a la tarde de abril que moría:
¿Al
fin la alegría se acerca a mi casa?
La
tarde de abril sonrió: La alegría
pasó
por tu puerta –y luego, sombría:
Pasó
por tu puerta. Dos veces no pasa
Aunque
en el poema se nos habla de la primavera y hay atisbos de felicidad y
alegría, pues aparecen expresiones como “abril sonreía” –v.1-,
“sonreía la mañana” –v.6- o “suave perfume de flora
temprana” –v.10-, pronto descubrimos un vocabulario
representativo de la negatividad, de la melancolía, con expresiones
como “triste alcoba” o “melancolía”, propias del movimiento
romántico y decadentista. Con negatividad termina el poema (“Pasó
por tu puerta. Dos veces no pasa”)
Por
otro lado, podemos apreciar que en todo el poema están representados
de manera explícita los sentidos; así, aparece el de la vista (“muy
blanca” –v.2-), el del olfato (“suave perfume de flora
temprana” –v9- o “perfume de rosas” –v.13-), el del oído
(“canto de alondras” –v.8- o “doblar de campanas” –v.9-).
En el caso de los otros dos sentidos, aparecen representados por
medio de dos sinestesias. Y así, se dice “Doblar de campanas
lejanas, llorosas / suave de rosas aromado aliento” –vs. 14 y
15-, representando con el adjetivo suave
el sentido del tacto, y se hace una referencia al sentido del gusto
con la expresión “dulces campanas” –v,17-. Esta representación
de los cinco sentidos y del uso de la sinestesia, junto con la
presencia de elementos simbólicos de la naturaleza, como “luna”
–V 3-, “fuente” o “alondra” -v.9- y la referencia al
Oriente –v. 7- nos llevan a pensar en un poeta modernista, en
concreto del modernismo intimista, iniciado en España 1903.
Por
último, las referencias a la tarde como elemento simbólico de
decaimiento –v.18- y el tema de las ilusiones inalcanzadas
–quimera- nos hacen pensar en Antonio Machado, en su línea
intimista de Soledades,
galerías. Otros poemas
(1907).
TEXTO
2 Antonio
Machado
(Soledades)
Sonaba
el reloj la una,
Dentro
de mi cuarto. Era
Triste
la noche. La luna,
reluciente
calavera,
ya
del cenit declinando,
Iba
del ciprés del huerto
fríamente
iluminando
el
alto ramaje yerto.
Por
la entreabierta ventana
llegaban
a mis oídos
metálicos
alaridos
de
una música lejana.
Una
música tristona,
una
mazurca olvidada,
entre
inocente y burlona,
mal
teñida y mal soplada.
Y
yo sentí el estupor
del
alma cuando bosteza
el
corazón, la cabeza,
y
… morirse es lo mejor.
TEXTO
3 Antonio
Machado
Campos
de Castilla
(1912-1917)
CAMPOS
DE SORIA
Es
la tierra de Soria árida y fría.
Por
las colinas y las sierras calvas,
verdes
pradillos, cerros cenicientos,
la
primavera pasa
dejando
entre las hierbas olorosas
sus
diminutas margaritas blancas.
La
tierra no revive, el campo sueña.
Al
empezar abril está nevada
la
espalda del Moncayo;
el
caminante lleva en su bufanda
envueltos
cuello y boca, y los pastores
pasan
cubiertos con sus luengas capas.
Desde
el inicio del texto podemos comprobar la intención del poeta de
describir de manera objetiva, pues utiliza el verbo “ser”, su
referente son elementos de la naturaleza y los adjetivos que se les
aplica son objetivos (“árida y fría” –v.1-, “sierras
calvas” –v.2- o “verdes pradillos-“). Además, estos
elementos de la naturaleza non son simbólicos, sino que responden a
una realidad vista por el poeta. Por esto, podemos decir que es un
poema apartado ya del modernismo.
Las
referencias biográficas y a Soria (aparecen citada la ciudad de
Soria –v.1- y el Moncayo –v.9-), el símbolo del camino/caminante
y la referencia al sueño como ensoñación –v.7- nos llevan a
pensar en Antonio Machado, en concreto en su etapa soriana, la de
Campos
de Castilla.
TEXTO
4 Antonio
Machado
Campos
de Castilla
Allá
en las tierras altas,
por
donde traza el Duero
su
curva de ballesta
en
torno a Soria, entre plomizos cerros,
y
manchas de roídos encinares,
mi
corazón está vagando, en sueños …
¿No
ves, Leonor, los álamos del río
con
sus ramajes yertos?
Mira
el Moncayo azul y blanco; dame
tu
mano y paseemos.
Por
estos campos de la tierra mía,
bordados
de olivares polvorientos,
voy
caminando solo,
triste,
cansado, pensativo y viejo.
TEXTO
5 Antonio
Machado
(Nuevas
canciones
-1924-)
El
pensamiento barroco
pinta
virutas de fuego,
hincha
y complica el decoro.
El
poema, que utiliza una estrofa popular, como lo es la soleá, supone
una crítica al conceptismo barroco, por un lado, pues se habla de
“pensamiento barroco”, es decir, se hace referencia a lo
intelectivo, de lo que se dice que es difícil (“complica el
decoro” –v.3-), pero es también una crítica a la parte formal
barroca, ya que no se declara partidario de su ornamentación
(“hincha el decoro” –v.3-).
Tras
lo dicho, queda claro que nos encontramos ante una poesía sencilla,
no recargada.
Lo
visto hasta ahora nos lleva a pensar en una poesía que no abraza
ninguna de las tendencias posteriores a la modernista, ni la poesía
pura, ni la poesía vanguardista. Se trata de una poesía reflexiva y
que tuvo influencia de lo popular, como lo prueba el molde estrófico
empleado. En el poema hace uso su autor de una imagen visionaria,
propia de la poesía posterior a la modernista, aunque no hace uso el
poeta del fragmentarismo propio de las vanguardias.
Todo
lo expuesto nos lleva a pensar en Antonio Machado y, más
exactamente, en su obra Nuevas
canciones,
de 1924, obra de contenido filosófico y de poemas breves en la que
se deja percibir el influjo de un poeta realista, Campoamor y, más
concretamente, de sus humoradas.
TEXTO
6 Antonio
Machado
(Nuevas
canciones
-1924-)
Concepto
mondo y lirondo
suele
ser cáscara hueca;
puede
ser caldera al rojo
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