jueves, 28 de junio de 2018

Garrote vil de Valle-inclán y pintura Garrote vil de Ramón Casas i Carbó

¡Tan! ¡Tan! ¡Tan! Canta el martillo,
el garrote alzando están,
canta en el campo un cuclillo,
y las estrellas se van
al compás del estribillo
con que repica el martillo:
¡Tan! ¡Tan! ¡Tan!
El patíbulo destaca
trágico, nocturno y gris,
la ronda de la petaca
sigue a la ronda de anís,
pica tabaco la faca
y el patíbulo destaca
sobre el alba flor de lis.
Áspera copla remota
que rasguea un guitarrón
se escucha. Grito de jota
del morapio peleón.
El cabileño patriota
canta la canción remota
de las glorias de Aragón.
Apicarada pelambre
al pie del garrote vil,
se solaza muerta de hambre.
Da vayas al alguacil,
y con un rumor de enjambre
acoge hostil la pelambre
a la hostil Guardia Civil.
Un gitano vende churros
al socaire de un corral,
asoman flautistas burros
las orejas al bardal,
y en el corro de baturros
el gitano de los churros
beatifica al criminal.
El reo espera en capilla,
reza un clérigo en latín,
llora una vela amarilla,
y el sentenciado da fin
a la amarilla tortilla
de yerbas. Fue a la capilla
la cena del cafetín.
Canta en la plaza el martillo,
el verdugo gana el pan,
un paño enluta el banquillo.
Como el paño es catalán,
se está volviendo amarillo
al son que canta el martillo.
¡Tan! ¡Tan! ¡Tan!





  • Fecha: 

    1894
  • Técnica: 

    Óleo sobre lienzo
  • Dimensiones: 

    127 x 166 cm
  • Categoría:  
    Pintura
  • Año de ingreso: 

    1895
  • Nº de registro: 

    AS11076
  • Expuesto en: 
En la década de 1880, Ramón Casas había ensayado ya la representación de escenas de multitudes en obras como Entrada a la plaza de toros de Madrid o Las regatas. Tras un período en el que predominan sus composiciones retratísticas y de desnudos, vuelve a retomar el motivo de los acontecimientos multitudinarios, entre los que ocupa lugar preeminente Garrote vil. El propio pintor presenció la escena de este ajusticiamiento, que tuvo lugar en Barcelona en 1893, pero al llevarlo al lienzo, no insiste en los aspectos morbosos inherentes al tema, enfatizando más bien sobre el matiz de crónica periodística del acontecimiento.
Casas realizó dos estudios preparatorios para esta obra, en la que se divisan en segundo plano las chimeneas de las industrias barcelonesas. El motivo principal se centra en la muchedumbre que aparece retratada desde un punto de vista alto, agrupada en torno al cadalso, en el que se sitúan el verdugo, el reo y los sacerdotes. También participan en la escena los Cofrades de la Sangre con sus característicos capirotes. Entre el acusado y la multitud expectante, Casas introduce un espacio vacío, que contribuye a potenciar la tensión y el dramatismo sobre el grupo protagonista de la escena.

No hay comentarios:

Publicar un comentario